MAGISTER LUDI JOSE KNECHT/GIORDANO BRUNO

viernes, 24 de septiembre de 2010


Si Giordano Bruno hubiera consolidado la secta llamada los Giordanisti que se dice  formó en Alemania durante sus estancias en ese país como maestro inquieto y prestigioso;  si esa secta hubiera llevado a efecto la reforma filosófico-cultural-religiosa que su fundador se proponía realizar en el mundo, una reforma cuyo instrumento fundamental se cifraba en sus métodos mágico-mnemónicos...y si, por último, y como consequencia de las dos premisas anteriores, se hubiera afianzado en el mundo una vasta o poderosa sociedad consagrada al desarrollo del ludus memoriae, del arte mágico de la memoria, capaz de influir en la historia de la cultura y la espiritualidad, ¿cómo cabría imaginar entonces la historia de esa sociedad y de sus miembros más destacados? Cómo podríamos figurarnos el alcance de su influencia en la historia de la civilización, y la estructura de su organización?

Si planteo estas sugestivas cuestiones no es porque tenga intención ni esté en condiciones de contestarlas, sino sencillamente porque hay en la literatura contemporánea una obra titulada El juego de los abalorios (Das Glasperlenspiel), de Herman Hesse, en la que se supone que un anónimo cronista de la legendaria Castalia relata, allá por el año 2400, la historia de un extraño y misterioso juego o arte o sistema-idioma que abarca todos los contenidos y valores de la cultura, sirve como elaborado ejercicio espiritual e intelectual a los miembros de Castalia, y prepara el advenimiento del Tercer Reino del espíritu, recapitulación y unificación de todos los tiempos del hombre.
...el conjunto de rasgos que Hesse atribuye al juego de los abalórios podria aplicarse casi literalmente al juego bruniano de la memoria. Incluso los orígenes de aquél son similares, si no idénticos, a los de éste:  "Lo hallamos prefigurado ya en muchas épocas anteriores, como concepto, como intuición, como forma mágica, por exemplo, en Pitágoras, luego en las postrimerías de la cultura antigua - en el círculo helenístico-gnóstico - como también entre los antiguos chinos; después, en el apogeo de la vida espiritual morisca; más adelante, el rastro de su amanecer histórico pasa, a través de la Escolástica y el Humanismo, a las academias de los matemáticos de los siglos de los sueños sibilinos de Novalis."
El futuro Magister Ludi  José Knecht tuvo una trascendental visión durante sus años de estudiante, en la que vio que el idioma de los abalorios hacía posible en todo momento la resurrección de todos los contenidos de la cultura, y comprendió con iluminación súbita que en el idioma o, al menos, en el espíritu del juego, todo puede en realidad significar todo, que cada símbolo o combinación de símbolos no conduce ocasionalmente a ejemplos, experimentos o pruebas particulares, sino al centro mismo, al misterio, a la entraña del mundo.
¿No aseguraba Bruno que en su sistema-idioma todo podía servir para designar cualquier cosa de la totalidad de las cosas, que de todo se sacaba todo, y, en suma, que todo estaba en todo?


El Idioma de la Imaginación, pag.331. Ignacio Gómez de Liaño.










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Clavis Magna


Los 3 poderes

"...Amor, Memoria, Mathesis. Estos tres. Y el más grande de todos es el Amor. Por medio de la Mathesis, reducir la infinidad a categorías naturales de sentido y de orden, y crear sellos que son las almas secretas de sus complejidades. Por medio de la Memoria albergar en nuestro interior esos sellos y abrirlos a voluntad, recorrer el mundo de nuestro interior en cualquier dirección, combinar y volver a combinar la materia que la constituye y hacer con ella cosas nuevas nunca vistas hasta entonces. Y por medio del Amor, dirigir el alma hacia los mundos conquistándolos al tiempo que nos sometemos a ellos, ahogarse en la infinitud sin ahogarse:
el Amor necio y astuto, el Amor paciente y obstinado, el Amor dulce y fiero."

Giordano Bruno.

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